2. Palabras de Señor Rector Eduardo Ramírez

¿Qué aprenderemos de esta pandemia?

Unas reflexiones personales.

"Nos creíamos invencibles" así titulaba una columna el padre Francisco de Roux en la que nos recordaba de nuestra vulnerabilidad y de la estúpida arrogancia con la que hemos vivido los seres humanos; acumulando posesiones y haciendo de la naturaleza una despensa inagotable de la cual podíamos abusar. Pero un bicho, tan pequeño y tan simple como un filamento de ADN y una envoltura lipidica, que muchos expertos no llegan a clasificar como ser vivo, nos regresa de un sólo golpe a la realidad simple de ser un bicho más de este planeta. El bicho humano, al que las leyes de la evolución  no dudarán en someter para determinar su subsistencia. Tan vulnerable y frágil, que hoy, todos encerrados en nuestras casas nos apegamos a la fé para que no llegue a entrar el espantoso virus a nuestra familia a transformarlo todo.

Pero el virus en su simpleza es tan poderoso, que incluso sin entrar, ya ha transformado nuestra realidad. Lentamente, y a pesar de la pretenciosa voluntad de los mercaderes del poder por privilegiar la economía sobre el valor de la vida, nos está ubicando en una esfera de reconocimiento a lo que somos en la realidad ecosistémica de nuestro planeta. Un ser vivo más, pero maravilloso y con potenciales increíbles para crear mundos posibles y desarrollar adaptaciones que garanticen su subsistencia en nuestro planeta.  Por ello, una vivencia de la sostenibilidad, la resiliencia y el respeto por la naturaleza tienen sentido para las transformaciones que nos deben acompañar en la pospandemia.

El cambio climático producido en el esquema capitalista; la producción de armas de destrucción masiva; la economía basada en los combustibles fósiles; el consumo de carnes y alimentos procesados de origen animal y vegetal que acaban selvas y bosques nativos; la manipulación genética;  la sobrepoblación, la pobreza y la inequitativa  distribución de la riqueza y los recursos; entre otros males modernos, no dan espera. Urge una nueva ética, una bioética, global y sostenible; que funcione como faro de pensamiento  y nos lleve a la transformación necesaria que supere  el degradado hedonismo del consumismo y  centre nuestra atención  en los valores de la vida sencilla, solidaria y trascendente, que ponga en el centro el cuidado de la vida en todas sus manifestaciones.

El primer paso, lo das tú, lo doy yo, lo damos en nuestras familias, en nuestro colegio, en nuestra sociedad, lo damos todos. Pero lo damos. No hay espera, no hay otro tiempo. Puede que duela, cueste, pero es necesario aprender y cambiar. Así como leemos en el libro El Principito:

"Duele. Duele un montón, pero va a pasar, y cuando sane, más fuerte vas a brillar, más alto vas a volar, más libre vas a soñar. Y vas a entender, que algunas historias terminan, para que otras mejores puedan empezar"

Que la nueva historia, la de un mejor mundo nos acompañe después de superar está dura prueba, hoy, los líderes transformadores de la realidad son necesarios para esta tarea.

Eduardo Ramírez Ruiz

Rector

Colegio Instituto Técnico Distrital Julio Flórez